El Granada consiguió puntuar ante el Huesca en “El Alcoraz” (1-1) tras un choque donde el VAR fue protagonista absoluto del choque ya que mandó anular dos tantos, uno a cada equipo, que parecieron justos a tenor de los hechos y las últimas normas incluidas en el reglamento.
El Granada volvió a ser un equipo con buen trato de balón pero endeble sin balón. Sigue sufriendo mucho en las transiciones defensivas y sus pérdidas dan vida al rival como así sucedió durante todo el partido. La extraordinaria actuación de Raúl Fernández una vez más (salvó dos ocasiones clamorosas de los oscenses) evitó una nueva derrota a domicilio.
El Huesca es un equipo aguerrido en su estadio. Con el de hoy, son ya 13 encuentros sin caer como local. Ziganda ha conformado un equipo vigoroso, solidario e incómodo para cualquier rival. El Granada circuló el balón mientras pudo pero su lentitud al hacerlo no planteaba problemas a los locales. Cada pérdida rojiblanca agitaba las contras aragonesas. En una de ellas, Raúl salvó a su equipo tras sacar un pie a bocajarro cuando ya se mascaba la tragedia. Cada córner del Granada era sinónimo de una contra oscense. Pol y Bodiger no mezclaron bien y Paco López se vio obligado nuevamente a deshacer su apuesta después del descanso.
Al filo del mismo, se adelantó el Huesca. Una nueva pérdida nazarí que, esta vez sí, fue bien llevada por Gerard Valentín (el mejor del partido) para que Joaquín remachase el esférico a las mallas. Sin embargo, el Granada no acusó el golpe y en la siguiente jugada, en la que Quini desbordó por su banda, el balón llegó a Callejón que volvió a ser muy generoso para ponérsela a Neva que de interior la colocó perfectamente al palo largo, lejos del alcance del ex rojiblanco Andrés Fernández.
La segunda parte siguió con la tónica habitual. Dominio estéril del Granada y el Huesca esperando cualquier error para penalizarlo a la contra. Arcediano Monescillo tuvo trabajo en los segundos cuarenta y cinco minutos. En primer lugar, señalando penalti de Shon Weissman al rebañar un balón dentro del área en el que apreció contacto. Sin embargo, fue llamado a filas desde la Sala VOR donde le ofrecieron las imágenes donde se apreció el piscinazo de Valentín, por lo que deshizo su decisión y anuló el penalti.
Paco López movió el banquillo. Ingresaron Bryan, Jorge Molina y Meseguer. Precisamente, el veterano delantero rojiblanco fue protagonista involuntario de la jugada más polémica de la segunda parte. Un mal despeje de Andrés Fernández llegó a los pies de Weissman. El israelí pujó con Pulido (que tocó pelota) y acabó llevándosela pero en ese momento entró Molina en la jugada que venía de encimar al portero oscense y rozó también el cuero. Weissman se lo quitó y marcó. El árbitro dio gol pero, nuevamente desde la sala VOR, se llamó al colegido para revisar la jugada. La nueva norma incluida a principio de temporada invalidaba el gol. “Si el defensor toca el balón de manera forzada (como fue el caso), no habilita la posición adelantada del atacante”. Off side y todo igual.
En los últimos minutos, ambos conjuntos buscaron el gol de la victoria con reservas, sabiendo que el empate era un mal menor. Bryan revolucionó su banda sin premio y Raúl volvió a estar seguro en las acometidas aragonesas. Finalmente, un punto para ambos que no satisface totalmente a nadie. El Granada porque no aprovecha los pinchazos de Levante y Las Palmas y el Huesca porque queda en tierra de nadie.