No estuvo entre los elegidos en el once titular del Granada ni falta que le hizo. Jorge Molina entonó su ranchera en el césped de El Plantío y gritó aquello de ‘sigo siendo el rey’. Dos goles y una asistencia llevaron su firma en una victoria rojiblanca (1-3) que no se explica sin su participación en la segunda parte y que permite al equipo de ‘PacoLó’ susurrarle al oído a los dos primeros clasificados aquello de Granada nunca se rinde.
No empezó nada bien el partido para el Granada en Burgos ya que a los dos minutos Torrente se lesionó y tuvo que dejar su sitio en el centro de la zaga al debutante Miki Bosch. Entre la preocupación por el defensor rojiblanco y la inspiración de Gaspar el Burgos se puso por delante con un disparo cruzado imparable para Raúl Fernández (1-0). Poco más sucedió en una primera parte de ‘quieros y no puedos’, en la que ninguno de los dos contendientes volvió a sacar los colmillos en el área ajena.
Sin embargo, en la segunda el partido dio un vuelco. La entrada de Bryan Zaragoza y Jorge Molina le dio alas a un Granada que es letal cuando lo dejan volar. Primero el de Alcoy empató al aprovechar un pase de Sergio Ruiz que lo dejó con la portería vacía tras una mala salida de Churripi (m.69) y apenas diez minutos más tarde piso un balón al área para que Uzuni se reencontrara con el gol lejos de Los Cármenes (1-2). Areso había tenido una clara ocasión para adelantar al Burgos pocos minutos antes, pero al atacante burgalés -además de acierto- le faltaba una ‘Z’ en el apellido para parecerse al crack del Peñarol. Un fuera de serie en la liga uruguaya y un alma en pena en el campeonato español, cosas del fútbol.
Cuando el Granada daba por bueno el 1-2 Jorge Molina culminó su magisterio con una nueva ocasión que salvó Churripi y con el 1-3 definitivo en el tiempo de descuento, en el que se certificó que el MVP del partido era el único jugador de 40 años que había sobre el césped.
