Se ha convertido el estadio Carlos Belmonte en un talismán para el Granada. Desde aquella rajada de Fabri en el 2010, los fantasmas parecen haberse ahuyentado y la afición granadinista siempre sale feliz de tierras albaceteñas.

Coincidió que una de las mejores primeras partes del Granada esta temporada, sino la mejor, llegó con el tridente formado por Melendo, Pol Lozano y Bodiger en el centro del campo. Si fue casualidad o causalidad seguro que Paco López lo puede intuir mejor que Iker Jiménez. Además de esto, Uzuni no faltó a su cita con el gol y facturó su tanto número 20 antes de pasar por vestuarios.

En la segunda mitad el Albacete quiso exponer fútbol para dañar a los rojiblancos pero el 0-2 de Ricard dejó muy tocados a los de Albes, que recortaron distancias por mediación de Higinio (1-2) pero que no pudieron encontrarle más cosquillas a un Granada que defendió como en las grandes tardes.

La victoria, además de a los 1000 granadinistas desplazados, fue dedicada al lesionado Jorge Molina. Él también ha contribuido a que este Granada duerma esta noche en los puestos de ascenso directo a Primera.

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