El Covirán Granada vivió una tarde de gloria junto a su afición al imponerse con solvencia (88-67) a un UCAM Murcia que viajó hasta Granada sin ganas de defender y que fue testigo de un vendaval de juego del equipo nazarí, con Renfroe y Ndoye como principales figuras.
Desde el inicio del partido el Covirán estuvo mandando en el marcador y ya al final del primer cuarto, en el que Petit Niang estuvo especialmente inspirado, mandaba con autoridad en el marcador (26-16). En los segundos diez minutos aumentó el dominio local y el UCAM Murcia se fue al descanso, además de dieciséis puntos abajo, con un total de cero rebotes ofensivos en su cuenta particular, lo que deja bien a las claras el dominio de Renfroe y Ndoye en su propia área.
El único momento de incertidumbre local llegó al inicio del tercer cuarto, cuando el UCAM recortó distancias y llegó a ponerse a siete (53-46). Sin embargo, Pablo Pin debió convencer a los suyos en el tiempo muerto que pidió de que era importante volver a dominar en la pintura y de que el acierto en el tiro se recuperaría si al equipo no se lo comían los nervios. Dicho y hecho. El Covirán volvió a dominar y empezó el último periodo con una ventaja de casi veinte puntos (74-55).
En el último cuarto Renfroe completó su recital de baloncesto (hizo de todo además de anotar 20 puntos), Pablo Pin le dio minutos a algunos canteranos y los 6713 espectadores que se reunieron en el Palacio vibraron con su equipo, al que suelen ver luchar siempre pero es difícil verlo ganar con tanta autoridad.
Texto: Antonio Navarro (@rincondeantonio)
Imagen: Fundación CB Granada