El Covirán Granada volvió a enfrentarse al FC Barcelona más de una década después. A pesar de ser en miércoles, el Palacio respondió y acompañó a su equipo en una cita tan especial. El partido arrancó con un triple de Renfroe (3-0) pero los catalanes apretaron y metieron un parcial 0-15 para dejar claro quién mandaba en el parqué granadino. Ndoye no tuvo el día de cara a canasta y perjudicó a su equipo que no levantó cabeza y finalizó el primer cuarto sin ni siquiera alcanzar la decena de puntos (7-22).

Sin embargo, los de Pablo Pin, lejos de venirse abajo, consiguieron algo muy difícil como es dejar prácticamente 5 minutos sin anotar al cuadro catalán y meterle un parcial 10-0 (17-22). A pesar de que el Barça volvió a acelerar (19-30), los granadinos ya no le perdieron la cara al partido y terminaron el cuarto plantando cara a su todopoderoso rival (23-32).

La segunda parte comenzó con un intercambio de canastas entre ambos equipos con una distancia que rondaba siempre los 10 puntos (30-41, minuto 26). El Covirán fue mas intenso, no dio tantas facilidades al Barça y estos no pudieron marcharse en el marcador en ningún momento. Varias acciones polémicas en las que los árbitros siempre decidieron a favor del “grande” encendieron a la grada que llegó a cantar aquello de “manos arriba, esto es un atraco”. La actitud del equipo granadino fue fantástica y no se rindió en ningún momento, haciendo el partido muy incómodo a los catalanes. El tercer cuarto terminó con un marcador en el electrónico de 38-48.

En el último cuarto, el Covirán llegó a ponerse a 7 puntos pero los trencillas volvieron a impedirle acercarse más en el marcador tomando decisiones muy favorables a los visitantes en los momentos clave que no necesitan los catalanes. Lluis Costa tiró de su equipo y fue el máximo anotador con 16 puntos, secundado por Bropleh (11 puntos). Los granadinos no bajaron los brazos en ningún momento y defendieron con intensidad pero no lograron reducir la distancia de 8 puntos. La derrota debe reforzar al grupo y guiarle en el camino a seguir para los próximos envites. La actitud debe ser innegociable. Salvo el primer cuarto, al equipo no se le puede reprochar nada. Próxima parada, sábado en Girona.

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